Metodología y fuentes: Sherlock Holmes
Como se puede leer en el relato de Estudio en escarlata, Sherlock Holmes hace uso del Método
científico en sus investigaciones y es así como llega a las conclusiones y
resolución de este caso.
Para atrapar al criminal era necesario responder a las
preguntas básicas y obligatorias de toda investigación:
¿Qué? - ¿Cuál es el objeto o suceso en el que se centra la
investigación?
Para esto se tenía que confirmar que era un asesinato, y
observando el número de huellas en el camino, pudo constatar que la víctima no
estaba sola, sino que había un coche y dos personas más, el conductor y un
acompañante.
¿Cuándo había ocurrido?
Obtuvo la conclusión al hacer preguntas sobre el tiempo de
llegada de los investigadores, policías y la entrevista con el testigo que
encontró el cuerpo. También observando el clima y como había quedado el camino
con la lluvia.
¿Cómo lo habían asesinado?
Respuesta que se encontraba en el mismo cuerpo, su posición,
su expresión y el olor en su boca.
¿Por qué? ¿Cuál era el motivo del asesinato?
La causa también se encontraba implícita en la observación
de los detalles, cuanto tiempo paso el asesino en la escena, la sangre que le
brotó de la nariz por la emoción, características que no evocaban un asesinato
rápido y certero, sino más bien uno con tintes personales, el descubrimiento
del anillo dio la clave del motivo.
¿Quién?
Al saber el motivo, el quién se volvió una respuesta
inmediata, sólo debía corroborar los detalles de si la persona se encontraba en
la ciudad y si había hechos pasados que sustentaran el motivo que se
sospechaba.
Ahora, la clave de la resolución de un crimen está en
atrapar al criminal y para eso había que encontrarlo, de nuevo sacando deducciones
de las observaciones y el análisis de la lógica, las ruedas del coche, el
improbable cambio de nombre.
En el relato Sherlock Holmes hace gala de sus conocimientos
científicos donde su principal característica y habilidad es la de observar
detenidamente los detalles que rodean no sólo la proximidad de la escena del
crimen, sino sus alrededores y es de ahí de donde comienza a extraer datos
(pistas) por medio de la deducción, por ejemplo la estatura del hombre que
había acompañado a la víctima, la cual deduce a partir de observar las
distancia entre las pisadas y haciendo uso de las premisas generales de que entre
más alta sea la persona, más largas son sus zancadas, si las zancadas que se
observan en el camino son largas, por lo tanto la persona en cuestión es alta.
Una vez teniendo todos los detalles se plantea una hipótesis
que sea capaz de corroborar la mayoría de las pistas y se investiga sobre los
detalles que no son explicados o quedan aislados de la premisa principal,
mismos que al obtener las respuestas pueden apoyar o desestimar la hipótesis.
La diferencia que existe entre la investigación de Sherlock
y las que realizan los investigadores de Scotland Yard radica en la basta
observación de los detalles y en la capacidad de no centrarse en una sola
vertiente sino tener una visión amplia y si es posible desde varios puntos del
hecho que se investiga, además de que no se debe formular una hipótesis y luego
acomodar los hechos para que la apoyen ya que podrían explicar una parte del
suceso pero no la totalidad y eso podría desviarnos de la verdad.
Estatua de Sherlock Holmes en Baker Street, Londres.
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